Entender la piel sana
La piel sana es una piel que actúa en perfecto equilibrio con su ecosistema e interactúa continuamente con el resto de órganos del cuerpo y con el entorno exterior.
Con una limpieza e hidratación correctas, desempeña plenamente su función de barrera entre el organismo y el exterior.
Más allá del tacto, protege al cuerpo de las agresiones, como los golpes, la contaminación, el sol… Participa en la regulación de la temperatura corporal, la síntesis de vitamina D y las defensas inmunitarias.